Michael, un gran fan de Bob Ross, pintó su primer pintura al óleo a los ocho años. A los 19 se hizo su primer tatuaje y quedó prendado. 

Después de trabajar en un banco durante 11 años, Michael decidió dejar un trabajo que no le llenaba y hacer realidad su sueño de ser un artista del tatuaje. Tras trabajar como aprendiz dentro del estilo tradicional, más adelante conoció el realismo y ahora es un artista realista muy codiciado, capaz de elegir sus proyectos. 

"Mis proyectos favoritos con aquellos en que los clientes me dan libertad artística".

A los jóvenes tatuadores; Michael les dice que pueden lograr lo que se propongan si tienen un objetivo claro en mente.