Proveniente de una familia en que dibujar era muy importante, no como profesión sino como pasión, La Barbe se entregó al arte desde una edad muy temprana. En la escuela pudo desarrollar aún más sus habilidades lo que le llevó a disfrutar aún más del arte de dibujar.

Esto le llevó a tatuar, su primer tatuaje se lo hizo a los 23 años como aprendiz a uno de sus amigos, fue una de sus (ahora) famosas botellas, y el resto es historia.

"Cualquier cosa que pueda poner en una botella se convertirá en mi tatuaje favorito”

La cultura pop, los videojuegos, los cómics y las películas son las principales inspiraciones de La Barbe. Lo que más le gusta de tatuar es que puede hacer algo que le apasiona para ganarse la vida, eso y que la gente lleve su arte en su cuerpo durante toda la vida.