Nick esperó a tener dieciocho años para hacerse su primer tatuaje en un estudio local. Acababa de terminar un curso de Arte y no tenía ni remota idea de cuál sería el paso siguiente. Charlando con el tatuador, este le dijo que buscaban un aprendiz. Le enseñó su portafolio, y el resto es historia.

Aprendió mucho en este primer estudio pero todo empezó realmente para él cuando comenzó a trabajar en Painted Lady Tattoo Parlour con Dawnji Fantana; ella le ayudó y animó con su trabajo tanto que comenzó a plantearse la idea de abrir su propio estudio.

Al inicio de su carrera, Nick exploró muchos estilos: tradicional, neo-tradicional, japonés en incluso geométrico antes de encontrar su verdadera vocación en el realismo negro y gris.

“ Supongo que lo que más me gusta es poder aportar contraste a mi trabajo; me encanta su aspecto y ayuda a la pieza a superar la prueba del tiempo en lugar de desgastarse. Quiero que mi trabajo dure y que mis clientes disfruten siempre de algo que les haga sentirse orgullosos".