Jhon Dominguez se hizo su primer tatuaje a los 14 años. Un año más tarde decidió que quería ser tatuador profesional, y poco después hizo realidad su sueño.

Desde muy corta edad, Jhon estaba obsesionado con el arte, desde dibujos a lápiz hasta pinturas al óleo y con aerógrafo. Creó su propio estilo observando y admirando a otros artistas que pintaban al óleo y con estilos alejados del realismo. También obtiene inspiración de otros artistas tatuadores que le gustan y de su propio equipo.

“Me gusta la libertad de poder viajar y conocer a otros artistas”.

Jhon nunca deja de evolucionar y disfruta viajando y conociendo a otros artistas con quien comparte diferentes estilos y técnicas. Su primera convención internacional de tatuaje supuso todo un reto para él, al darse cuenta de que aún le quedaba mucho por aprender.

Para él, tatuar es un proceso constante que implica gran cantidad de procesos de prueba y error.